DON JUAN TENORIO
Bien es sabido que la obra de Zorrilla ha pasado a formar parte de la literatura universal.
Ya Tirso de Molina nos lo demostró con su El burlador de Sevilla.
Los alumn@s con esta obra aprenden la diferencia entre el amor y la seducción, el sentimiento
y el juego, el amor ingenuo y el amor verdadero. No hay verso que no provoque,
como su personaje, asombro, burla o pasión.
Por todo ello, recitan la escogida y famosa escena en la que Don Juan y Doña Inés
intercambian entre miradas y suspiros, sus corazones.
Como elemento original, chicos se visten de monjas y muchachas de conquistadores galanes,
aunque los hay quienes siguen el esquema tradicional. Da igual. Memorizan una escena de una
de las grandes obras literarias españolas, una escena que les sirve para el juego de la clase y
para el amor de la vida.
Versos del acto IV
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtFtv_fMxbts6qhmebm3zE2bnFDs8hYVMCu6jerMOp3TCs36C6xtLSOjEloFe7ddnUtVtoiKCNlpVNoQbH8okDom2-KG0G8G-r1utPNjj3bv7VaMyFO5Z-IHPsYV3MRugKDKKOwq3kPOy2/s320/20151118_120647.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUEeXFsWo4QPQgXZeakoH0zmvMLirlmpcO5D_9qIuu9bORo0L0rJUPqIW8om_i7gcsQcDLj0A3_KejLG6hviTIFAZPexzCLtdPaToS9kOYvIZ-_su_DQ4BdtvL0Y7nGZ-IiW4ORdqdNQ9Q/s320/20151118_120423.jpg)
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
¡Oh! Sí, bellísima Inés
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
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¿Y qué he de hacer ¡ay de mí!
sino caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWnvT2TmsQjD2_OMvoIiGjdYHHRAQQ-t23qZtzrhe_LC81zpwv9Rph39tVc4CB8FIKbVX_HN3wFGo2HaitTVlx5pzzj_pcDaG3PSjac64k2ytAzVzKAVFvUaA4v0wswb5f-JusijiY3VoM/s320/20151118_120647.jpg)
Y SIEMPRE HABRÁ UNA VENTANA QUE MIRE AL HORIZONTE LEJANO, MIRANDO EN REALIDAD EL CERCANO FONDO DE SU CORAZÓN...
María Alcaraz.
DOÑA INÉS
Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad por compasión,
que oyéndoos me parece
que mi cerebro enloquece
se arde mi corazón.
Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad por compasión,
que oyéndoos me parece
que mi cerebro enloquece
se arde mi corazón.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWnvT2TmsQjD2_OMvoIiGjdYHHRAQQ-t23qZtzrhe_LC81zpwv9Rph39tVc4CB8FIKbVX_HN3wFGo2HaitTVlx5pzzj_pcDaG3PSjac64k2ytAzVzKAVFvUaA4v0wswb5f-JusijiY3VoM/s320/20151118_120647.jpg)
¡Don Juan! ¡Don Juan!, yo lo imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame porque te adoro.
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame porque te adoro.
![](chrome://fileicon/E%3A%5CDocuments%20and%20Settings%5CPROFESORES%5CMis%20documentos%5CDownloads%5C20151118_120639.jpg?scale=1x)
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María Alcaraz.
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